El alpinista y aizkolari Alex Txikon (27 años) es al deporte vasco actual lo que Leonardo da Vinci fue para el arte durante el Renacimiento. Hace de todo. Lo mismo sube un 'ochomil' que corta troncos, levanta piedras o corre media maratón. Y si a su condición física fuera de serie le unimos un espíritu indómito empeñado en recuperar la más ancestral de las tradiciones del deporte rural vasco -las apuestas- tenemos ya todos los ingredientes para la receta de un nuevo desafío en firme.
No será la primera para el lemoatarra. En marzo del pasado año ya se enfrentó en la plaza de toros de Azpeitia al aizkolari local José Félix Zubizarreta en un trabajo sobre 16 'kanaerdikos'. Pusieron 6.000 euros sobre la mesa cada uno y se los llevó el azpeitiarra con claridad.
Pero Alex es hombre de convicciones firmes y ha tardado menos de un año en lanzar un nuevo reto. Y como cortar sólo troncos ha debido parecerle poco, esta vez la apuesta encierra una triple labor: levantar el cilindro antiguo de ocho arrobas (100 kilos) 25 veces, cortar catorce 'kanaerdikos' -troncos de haya de 54 pulgadas (1,25 metros) de circunferencia- y correr siete kilómetros en la misma plaza de Azpeitia, lugar del duelo. Todo un triatlón del deporte rural con 7.000 euros en juego por cabeza.
La cita será el 28 de febrero, una fecha, por cierto, que no está elegida al azar. Justo dos días después, Txikon parte en el equipo de Edurne Pasaban hacia China y Nepal con el objetivo de ayudar a la tolosarra a ascender los dos 'ochomiles' que le quedan -Shisha Pangma y Annapurna- para convertirse en la primera mujer en hollar las 14 montañas más altas del planeta.
La apuesta estaba lanzada. Únicamente faltaba un pequeño detalle: que alguien la aceptara. Y es que los duelos personales, que numerosos antropólogos consideran el origen mismo de los 'herri kirolak', han decaído mucho en los últimos tiempos. «Ahora, la gente no está dispuesta como antes. Ahora son más especialistas y no quieren meterse en líos», afirma Andrés Osa 'Sakona', probablemente la voz más respetada hoy en día en el deporte rural vasco. «Hace años, las apuestas mixtas no eran inhabituales. Cortar y correr era lo más frecuente, pero incluso llegaban a incluir arrastre de piedras. La verdad es que piedra más hacha más carrera no es corriente», concluye. Tanto que la última vez que se llevó a cabo fue en 1983. «Y es la segunda o tercera apuesta de este tipo en la historia en la que participa un vizcaíno», recuerda Alex.
El guante lanzado por Txikon a mediados de noviembre fue recogido rápidamente por el aizkolari Joseba Otaegi (26 años, Zizurkil), una de las mayores promesas de la modalidad, sobrino del harrijasotzaile Gibitegi y al que también le gustan las apuestas (hasta ahora ha ganado las dos que ha hecho, en los años 2007 y 2009). Sólo quedaba concretar los detalles de la labor. «Mi idea era hacer 25 alzadas, cortar 14 troncos y correr 14 kilómetros, uno por tronco, pero me dijo que si no bajaba la distancia a correr no aceptaba, porque ése es su punto débil, así que al final lo dejamos en siete kilómetros» recuerda Txikon.
A sacar la apuesta
Esa decisión perjudica claramente al fibroso escalador vizcaíno, ya que la carrera es su fuerte ante un rival de más de 1.80 metros de altura y 100 kilos de peso. «Yo fui a sacar la apuesta y él, a ganarla. Esa fue la diferencia», sentencia sin atisbo de arrepentimiento Alex, al que el patrocinio de la empresa local Negarra ayuda a sufragar la apuesta.
Sakona corrobora esas palabras. «Lo lógico es que hubiesen hecho más kilómetros, pero al final eso es lo acordado y no hay más que hablar. Lo que está claro es que esa distancia le da ventaja a Otaegi, que es más fuerte levantando la piedra y más aún con el hacha. Donde Alex tiene ventaja clara es corriendo. El dinero saldrá a favor del guipuzcoano, aunque habrá que verles trabajar en la plaza. Son muy distintos y ahí está la incertidumbre de la apuesta», explica.
El lemoatarra es consciente de esas limitaciones y su preparación se ha centrado en compensarlas. «Creo que con la cilíndrica estaremos bastante igualados; en los troncos me ganará seguro, pero luego corriendo soy yo mejor. Y que sea lo último me beneficia», explica convencido de sus posibilidades.
Joseba Otaegi, aizkolari de Primera categoría -Alex es de Tercera-, sabe también que la carrera es su talón de Aquiles. «Me preocupan esos siete kilómetros corriendo. Hasta el final no va a estar nada claro», se sincera este albañil de Zizurkil aficionado a los bertsos, que incluso hace años participó en el campeonato interescolar de Guipúzcoa junto a Amets Arzalluz.
2 comentarios:
Pues sí que le paga bien Edurne por hacer de sherpa no hay nada como untar a tus amigos de pasta para que te suban a un ochomil, esto ya no es lo que era
no creo q sea la Pasaban la q le pague, serán los patrocinadores q quieren q acabe primera en los 14 ocho miles
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