jueves, mayo 26, 2011

Quién mató al coche eléctrico...?

Hay pocos ejemplos en la historia industrial de un desastre de planificación, expectativas y ejecución mayor que el del coche eléctrico. Contando con todas las posibilidades de ser un éxito, la avaricia de unos, buscando el subsidio loco, y la falta de innovación de otros han hecho que el proyecto amenace con descarrilar hasta convertirse en un episodio anecdótico del mundo empresarial y tecnológico.
En 2009 ya escribíamos aquí que las expectativas del gobierno español y americano de ventas de coches eléctricoseran simplemente imposibles. Al coche eléctrico no lo mataron las petroleras. He aquí la lista de los Sospechosos Habituales:
a) El Plan Renove y los subsidios al decrepito sector automovilístico. En esta sociedad adicta al subsidio, al gasto irrelevante y no a la inversión, los gobiernos se lanzaron a defender “de boquilla” el coche eléctrico mientras rescataban con miles de millones de dinero público a un sector, el automovilístico, que estaba condenado a morir por culpa de un modelo que no funciona si el consumidor no cambia de coche cada tres años.
Con ello han forzado la absorción del inventario y una renovación acelerada del parque automovilístico, disminuyendo cualquier posibilidad para los coches eléctricos en los próximos cinco años. Hoy se anuncia a bombo y platillo una ayuda para coches eléctricos que es menosde un 10% de la que le dieron al sector automovilístico para vender inventarios sin vender de 4x4.
b) Precios de escándalo. Un coche eléctrico, que busca sustituir a parte de los vehículos de motor de combustión, no puede intentar venderse a una media de un 70% más caro que la alternativa.
c) Diseñados por el enemigo. ”Dios, que horror”,comentaban mis compañeras de trabajo cuando nos trajeron varios modelos para probar. Si el diseño de un coche no es atractivo para el 50% de su mercado potencial, y además el segmento mas importante, apaga y vámonos.
d) El efecto impuestos. El Estado recauda €17.500 millones en impuestos por gasolinas y gasóleos, donde la tasa impositiva es del 55-60%. A nadie se le escapa, y así lo han comentado en varios medios decomunicación, que si el vehiculo eléctrico toma un porcentaje importante de cuota de mercado, el Estado trasladará el impuesto de la gasolina a laelectricidad, y se acabó el ahorro.
e) Un modelo equivocado. Con el coche eléctrico,donde lo más importante es el coste y autonomía de la batería, no se les ha ocurrido otra cosa que replicar exactamente el modelo del coche tradicional. La única empresa que ha innovado ha sido Better Place, que ofrece el servicio similar a los teléfonos móviles.
f) Mientras los precios de las baterías han bajado hasta un 38%, los costes de fabricación se han mantenido casi estables, lo que lleva a pensar que los supuestos beneficios en coste se disiparán y las baterías volverán a ser prohibitivamente caras cuando la sobrecapacidad actual del sistema productivo se reduzca.
g) Los subsidios a la energía, incluido carbón y gas, han hecho que el coste medio de la electricidad no haya hecho nada más que subir. Si a ello añadimos que la autonomía de los coches eléctricos es muy limitada, el consumidor no tiene un claro referente de coste-beneficio comparado con su alternativa actual. Además, en un coche normal si el conductor ve la gasolina cara, reduce su decisión de consumo y ya está. Pero en uno eléctrico, si la batería se mantiene descargada mucho tiempo, su funcionamiento empeora.
h) Se supone que el coche eléctrico se cargará porlas noches cuando la demanda eléctrica esta en “valle” (consumo mínimo) y esmas barata… Hasta que, oh sorpresa, se encuentre uno con1.500.000 coches cargando a la vez… y deje de ser barata ni valle.
Finalmente… Ya por ser, no son ni verdes, porque entre la contaminación de miles de toneladas de agua que genera la producción de tierras raras y que, ahora que somos anti-nucleares, la generación de electricidad con carbón y gas aumentan, pues ni verde ni barato.



Antes mencionaba Better Place, empresa dirigida por Shai Agassi, emprendedor israelí que entendió perfectamente que el modelo a seguir para poder tener éxito con el coche eléctrico no podía ser el tradicional de la industria automovilista, porque el consumidor se vería, como el actual, expuesto a los mismos riesgos inflacionistas, si no mayores.
Por ello ofrece en Dinamarca e Israel un sistema innovador en el que la empresa corre con todoslos costes (carga, cambio de batería, servicio y conexiones con la red) y el consumidor alquila en base a sus necesidades, sin tener que tomar riesgo y coste de las baterías.
Así reduce los enormes costes para el consumidor, tanto en la adquisición de baterías, como el engorro de soportar el mantenimiento y reemplazo de las mismas, sin necesidad de subsidios. Una buena iniciativa

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