Acabado el Tri Nations la conclusión es obvia: Nueva Zelanda es el gran favorito para su Mundial del próximo año. Está en forma, gana de forma convincente y no sólo a sus rivales del Sur, sino que en los test de junio y los anteriores de Noviembre también venció claramente a las naciones del Hemisferio Norte. Los 'All Blacks' siguen siendo, nuevamente, la mejor selección entre mundiales. ¿Y en el Mundial?
En los mundiales, al final, resulta ser la gran decepción, y no sólo en uno concreto, sino en todos los disputados desde 1991. A cada Mundial, Nueva Zelanda presenta un equipo considerado el mejor del mundo, superior al del anterior Mundial donde decepcionó, y sin embargo ese equipo vuelve a perder ante un rival al que anteriormente había derrotado.
No tengo intención de desprestigiar a los All Blacks, soy hombre de rugby y respeto a todos los equipos y jugadores del mundo, desde internacionales a la gente que se parte el pecho en regionales, sobre todo a estos, que no cobran. Sólo pretendo mostrar una realidad que ocurre continuamente: en las citas mundialistas, Nueva Zelanda es un equipo más entre los grandes del rugby, no es superior, pues no lo demuestra y es superado, y bien, por equipos aparentemente más débiles y de peor ranking.
Hagamos un repaso. En Nueva Zelanda/Australia'1987 presentó el único equipo verdaderamente competitivo que ha tenido y vence a Francia en la final 29-6. No podía ser de otra forma, ya eran el equipo de rugby más conocido, admirado y respetado del mundo, al que todos querían, primero, enfrentarse y, luego, vencer. Y ese título ratificaba esa aureola mítica. Los nombres de David Kirk, Grant Fox, Michael Jones, Wayne Shelford, John Kirwan, Sean Fitzpatrick, Zinzan Brooke, Richard Loe, los hermanos Whetton ya son leyenda y su legado aún no ha sido igualado por otros equipos neocelandeses, considerados mejores que los anteriores.
En Inglaterra'1991 les llega la primera gran decepción pues, siendo los defensores del título, fueron derrotados claramente en semifinales por sus vecinos de Australia: 16-6. Muchos campeones del 87 repetían presencia y se incorporaron grandes jugadores como el segunda Ian Jones, el centro Little y un alero llamado Tuigamala, de las mismas características que sería Lomu.
En Sudáfrica'1995 se les considera, sin duda, el mejor equipo del mundo y son clarísimos favoritos en un Mundial muy especial por las connotaciones sociales y políticas que tiene, magníficamente explicadas en un libro de obligada lectura para todo aquel que guste de este deporte: 'El factor humano'. Por primera vez en la historia aparece un jugador estrella a nivel mundial: el neocelandés Jonah Lomu, primer jugador mediático del rugby, alero con cuerpo de delantero que rompe las normas establecidas y al que todavía se considera el mejor de la historia de los mundiales, habiendo jugado dos y marcado un total de 15 ensayos.
En semifinales consiguió cuatro ensayos frente a Inglaterra (¡pobre Mike Catt!) y nadie dudaba de que, esta vez sí, los All Blacks conseguirían su segundo título mundial. A Lomu le acompañaban grandes veteranos como Zinzan Brooke, que consigue un drop desde 40 metros siendo delantero, Fitzpatrick, Little, Jones y jóvenes 'all blacks' llenos de calidad, como Merhthens, Bachop, Kronfeld, Osborne, Bunce.
Enfrente una Sudafrica llena de emotividad, intentando crear un nuevo país con Nelson Mandela y el rugby como bases de unión y que intenta tener una oportunidad de ganar la final llevando el partido a su terreno: cerradísimo juego de delantera para ganar centímetro a centímetro el campo, conjurarse para detener a Lomu, al que nadie había podido placar, no ceder en nada y encomendarse a la puntería de su apertura. Liderados por Francoise Piennar y por una primera línea de hierro -Os du Rand, Swart y Andrews-, con una pareja de medios extraordinaria -Van der Westhuizen y Stransky- y todo un país empujándo, frenan a la delantera negra, desactivan a Lomu que no toca apenas un balón y consiguen la mayor sorpresa de la historia del rugby. Nuevamente, Nueva Zelanda se queda a las puertas...
Vamos con la segunda parte del primer capítulo del análisis sobre los 'All Blacks' y su discurrir por los Mundiales de rugby, en los que siempre parten como favoritos pero sólo fueron capaces de ganar el primero, disputado en su propio país. El año que viene, Nueva Zelanda volverá a acoger la cita mundialista y espera acabar con esta sequía. De momento, volverán a partir como grandes favoritos, una vez más...
En País de Gales'1999, la única cita mundialista en la que ha participado España, ya no hay dudas: este Mundial sí... Lomu ya tiene la mayoría de edad... el equipo ha aprendido del anterior Mundial... el entrenador John Hart vuelve con la lección aprendida... y se hace un equipo que combina, como siempre, experiencia y juventud... además de calidad e intensidad -Merthens, Carlos Spencer, Kelleher, Marshall, Tony Brown, Umaga, Wilson, Cullen- y auténticas fuerzas de la naturaleza -Kronfeld, Thorne, Jones, Oliver, Randell, Hoeft y Dowd-. A esto hay que añadir que ya se juega el Tri Nations y Nueva Zelanda viene de vencer a sus rivales y ganar el torneo en 1996, 97 y 99.
Llega otra vez en forma y con ganas y en 'semis' le toca Francia, un equipo que juega bien pero que no tiene que ser rival para la poderosa máquina 'All Black'. En el descanso 17-10, con Lomu ensayando y todo según lo previsto... Los que seguimos esa segunda parte por TVE todavía recordamos lo visto: en mi opinión, el mejor partido de la historia de los Mundiales. Francia anota 33 puntos en cuarenta minutos (31-43), arrolla a esa supuesta delantera invencible y, sin balones, Merthens y Lomu no existen, por muy buenos que sean.
El equipo francés realiza la mayor exhibición de RUGBY CON MAYUSCULAS que se ha visto: Dominici, Bernat-Salles, Dourthe y el 'genio' de Lamaison (1 ensayo, 4 conversiones, 3 golpes y 2 drops) hunden el falso 'Titanic' neocelandés, no a cañonazos, sino a golpes de calidad. El golpe moral a Nueva Zelanda es tal que pierden el tercer y cuarto puesto contra Sudafrica, en la reedición de la final de cuatro años antes, y los 'All Blacks' se preguntan qué ha ocurrido con el equipo que tenían. El shock en el país de la 'Gran nube blanca' es enorme, siendo la derrota más dolorosa de su historia por cómo se desarrolló. Nuevamente, no hay respuestas.
Para el Mundial de Australia'2003 los planteamientos cambian en Nueva Zelanda y se encarga a John Mitchell que haga un equipo competitivo de una vez por todas, que cambie todo si es necesario, pero hay que ganar el Mundial ya... y más siendo al lado de casa, en Australia. En la convocatoria aparecen nombres muy conocidos y que muchos de ellos todavía juegan: Muliaina, Nonu, Rocokoko, Carter, Howlet, Mauger, Somerville, Mealamu, McCaw, So´oialo, Collins o Jack junto a veteranos de la hecatombe del 99: Spencer, Kelleher o Marshall.
Los antecedentes son, como siempre, buenos, tras ganar el 3 NAC en 2002 y 2003 y el Súper 12 con los Crusaders y los Blues. Llega el partido clave, de nuevo en semifinales, y la historia se vuelve a repetir, de forma inexplicable, esta vez frente a Australia, en el mismo campo donde ese verano, en el 3 NAC, los 'All Blacks' ganaban por... ¡ 21-50 ! (y 16-52 a los 'Springboks' en Pretoria). Y todo frente al mismo equipo y los mismos jugadores que los vencen de forma convincente por 10-22 en el Mundial. Grandísima decepción de nuevo, algo pasa: Mundial tras Mundial ocurre lo mismo. Gregan resumió la historia de NZ con una frase que les dijo al acabar el partido, en el mismo terreno de juego: "Four more years, boys" ("Cuatro años más, chavales").
Por último, en Francia'2007 y con el 'Sargento de Hierro' Graham Henry al mando... el 'Día de la marmota' neocelandés. Todo lo leído anteriormente vale para este Mundial: máximo favorito, gana el 3 NAC en 2005, 2006 y 2007 y los Crusaders dominan el Súper 14, fantástica plantilla para el Mundial.... lo que queráis. Pero llega el partido decisivo, otra vez Francia aunque esta vez en cuartos de final, y adiós. Para mí con más delito todavía, pues no es una gran Francia, como en 1999. Había perdido contra Argentina en París y era segunda de grupo, jugaba en Cardiff y perdía 13-3 al descanso. En la segunda parte, otro 'deja-vu' para Nueva Zelanda, con 71% de posesión y territorio, pero cae contra un equipo que luego pierde los dos partidos siguientes que juega: en semifinales contra Inglaterra y el tercer y cuarto puesto de nuevo contra 'Los Pumas'. Injustificable derrota.
Esta es la realidad de Nueva Zelanda en los Mundiales, decepción tras decepción, con auténticos equipazos, con una final disputada en las últimas cinco citas mundialistas. No digo que los 'All Blacks' sean una mentira ni una farsa, simplemente no rinden en la máxima competición. Por eso se dice que es la mejor selección en el período entre Mundiales. Que nadie se confunda, sin Nueva Zelanda el rugby no sería lo que es en el mundo, es el equipo con más seguidores, más conocido y más mediático y hasta quien no sabe de rugby los conoce y saben de su danza ritual
Estos son los datos, algunos sangrantes, que reafirman mi opinión: a nivel de Mundiales, Inglaterra tiene mejor palmarés que Nueva Zelanda, pues tiene 1 título (2007) y dos subcampeonatos (1991 y 2007), mientras los 'All Blacks' sólo 1 título (1987) y una final más (1995). No digamos Australia, con 2 títulos (1991 y 1999) y otra final (2003); Sudafrica tiene otros 2 títulos (1995 y 2007); y Francia, dos meritorias finales perdidas (1987 y 1999).
Otro dato muy relevante: en seis Mundiales, Australia y Nueva Zelanda se han enfrentado sólo dos veces, venciendo en ambas ocasiones los 'aussies, cuando en el 3 NAC por cada partido que ganan los australianos, los del helecho en el pecho vencen en cuatro; con Sudafrica tres duelos, venciendo los 'Boks' en dos; contra Francia, cuatro, dos para cada uno; y frente a Inglaterra, curiosamente, tres victorias negras en tres partidos. Es decir, no gana cuando hay que ganar.
No pretendo crear polémicas, sólo abrir un debate, desde el respeto propio del rugby, sobre el rendimiento de este equipo. La semana que viene expondré las razones que podrían explicar esta situación y, entre todos, tener una buena charla de rugby.
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