jueves, junio 30, 2011

Aprendiendo a vestir vacas...




La Granja de Luces (Colunga) acoge por sexto año la Escuela Nacional de Preparadores de Reses, en la que participan 26 jóvenes


La Granja Escuela de Luces (Colunga) es estos días una especie de academia de «alta costura» para el sector vacuno. El centro acoge por sexto año la Escuela de Preparadores que la Confederación de Asociaciones de Frisona Española (Conafe) celebra anualmente para formar a jóvenes ganaderos en el manejo de animales en concursos y exhibiciones de ganado.

Los 26 participantes de esta edición del curso llevan desde el lunes aprendiendo todo lo necesario para hacer frente a una correcta presentación de animales en los concursos y exhibiciones de ganado vacuno de raza frisona. Para ello, un grupo compuesto por 6 profesionales en el sector ganadero de vacuno de leche les enseñarán a realizar tareas como el control de ordeño, lavado, encamado, pelado y doma de los animales.

Uno de ellos es el gijonés Gabriel Blanco, máximo responsable de Morfología de Conafe, que ayer, como cada día del curso, ya estaba en pie a las cinco de la mañana. Blanco, que también se ocupa de coordinar a los quince jueces de concurso que hay en España, entre ellos los asturianos José Ramón Badiola y su hijo Paulino, explica que las jornadas se dividen en mañana y tarde, con unas rutinas diferentes. «Las primeras horas del día se dedican al control del ordeño, encamado, lavado de los animales, doma y clases técnicas de pelado», señala.

Tras la comida, se da paso a las clases de manejo en pista y al juzgamiento de animales en pista. Los conocimientos adquiridos durante los días precedentes se pondrán en práctica en la jornada final de mañana en la que se desarrollará un Campeonato de Manejadores y Preparadores que pondrá fin a la Escuela.

El grupo de este año -26 jóvenes de Asturias, Pontevedra, Palencia, Lugo, Coruña, Pontevedra, Mallorca, Menorca, Ávila, Palencia y Cantabria- es uno de los más numerosos de todas las ediciones. Blanco lo achaca a la crisis, que hace que despierte el interés por la actividad ganadera. Además, en esta ocasión el grupo más numeroso procede de las Islas Baleares, con ocho representantes. Una de ellas es la joven Coloma Mascaró, de Sefsalines (Mallorca). Tiene 27 años y es hija de ganaderos, aunque ella no ejerce de manera profesional. «Trabajo en el Ayuntamiento de Sefsalines, pero me encanta la ganadería y quiero formarme todo lo posible», señala. No descarta hacerse cargo de la explotación familiar de Hort de son Covas, con sesenta vacas, cuando sus padres se jubilen. De momento, las circunstancias económicas la obligan a trabajar en otra cosa. «Tanto mis hermanos como yo hemos tenido que buscarnos otras alternativas», comenta. Añade que lo que más le gusta del curso es la buena organización y el espíritu de convivencia que reina entre todos.

Aparte de las cuestiones relativas al acicalamiento de las vacas y su «puesta a punto», los jóvenes se familiarizan con diferentes aspectos relativos al bienestar animal y a la mejor forma de tratar a las vacas. A ello se unen detalles que no por obvios son menos trascendentes. Coloma Mascaró pone como ejemplo el modo de presentar a los animales en la pista cuando salen a concursar. «A mí nunca nadie me había dicho cuáles son las pautas y creo que es muy importante saberlo». Y de paso que adquiere formación la joven mallorquina se ha quedado fascinada por los paisajes de Asturias. «Tenía ganas de venir, todo es muy verde», indica.

A sus 24 años, David Fernández Fernández de Mirallo (Tineo), «ganadero desde crío», como él mismo se define, es otro de los alumnos que se ejercitan en el arte de criar animales «de diez», de esos que arrasan en los concursos. Tiene buenos precedentes. Sus padres son los propietarios de la ganadería Manolero, una de las más laureadas de Asturias. David asegura que todos los aspectos del curso le parecen interesantes.

«Desde ir a la nave y lavar a todas las vacas a hacerles las camas y darles la comida y ordeñar». Considera que las tareas son más complicadas de lo que parece a priori. «Porque hacerlo bien es difícil, pero mi padre me anima mucho y eso es un aliciente». Señala que tal como están las cosas en la ganadería actual, ya no sirve solamente con hacerlo bien. «Cuanto más profesional seas mejor», afirma.

Fernández ya ha participado en concursos de manejadores nacionales. Este año quedó segundo en el que tiene lugar en el marco de la feria gijonesa Agropec. Ahora su ilusión es acudir a un certamen europeo y dejar bien alto el pabellón asturiano.

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