Placer intenso de ojos cerrados y de mente plácida.
En otro lugar, ningún lugar,
lejos de aquí, lejos de allá,
tiembla la gente, sin frío, sin paz.
Abandonan su cultura, su tierra sin pan,
arriesgan su todo, la vida, su dignidad.
Sueñan el horizonte, ¿mágica Navidad?.
Envueltos en noche, reman su muerte.
Como bienvenida, alambrada sin piedad.
Barniz de hipocresía, miedo de coraza,
Tiempos de locura, tiempos de la nada.
Gente que asusta al cobarde,
gente buscando en el vacío.
Gente, simplemente, gente.
Primavera 1990
Hace veinte años que el “miedo” empezó a llegar a nuestra orilla.
El espectáculo de incomprensión, aún hoy en día, debería sonrojarnos.
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