Hoy toca una entrada algo complicada que acabará demostrando que, lo más probable, lo que pica, adelgaza. Ya hemos hablado antes de la capsaicina, esa proteína de las guindillas, chiles y demás que es responsable del picor que tanto nos encanta. Pero, tal como demuestran Jeong In Joo y su grupo, de la Universidad Daegu de Kyungsan, en Corea del Sur, la capsaicina interviene de alguna manera en el metabolismo del tejido adiposo. Hay dos clases de tejido adiposo y una de ellas, el llamado tejido adiposo blanco, almacena grasas como fuente de energía que se liberan, cuando es estimulado, como ácidos grasos en la sangre.
Joo y su grupo estudian el funcionamiento del tejido adiposo blanco de ratas de laboratorio en presencia de capsaicina, recuerden, la proteína que quema. Las ratas se dividen en tres grupos: con dieta normal, con dieta rica en grasas y con dieta rica en grasas más capsaicina. El experimento dura nueve semanas. Al terminar se estudia el proteoma del tejido adiposo blanco de todos los ejemplares. El proteoma es el conjunto de proteínas que aparece en ese tejido. Los genes se expresan en forma de proteínas o, lo que es lo mismo, los genes son los esquemas que sirven de guía para la síntesis de proteínas, y son estas proteínas las que hacen que las células funcionen. Pero no todos los genes se expresan a la vez en todas las células de un organismo; sólo lo hacen aquellas proteínas necesarias para el funcionamiento de cada célula en cada momento concreto. Por ello, si vemos que hay diferencias en la presencia de proteínas en el tejido adiposo blanco de los animales sin grasa y con grasa sin y con capsaicina y si, además, identificamos las proteínas que varían de un grupo a otro quizá podamos deducir cómo influye la capsaicina en el funcionamiento del tejido adiposo.
Primero, quién no haya entendido lo anterior, por el argot incomprensible que a menudo utilizamos los científicos, que no se preocupe, lo siguiente espero que se entienda mejor. Segundo, a lo largo de las nueve semanas, el aumento de peso en las ratas con capsaicina es un 8% menor que en las ratas sin capsaicina. Lo mismo ocurre con el tejido adiposo blanco. Por tanto, la capsaicina favorece un menor aumento de peso y una menor acumulación de tejido adiposo.
Tercero, vamos al proteoma, es decir, al conjunto de proteínas que presentan las células del tejido adiposo en los tres grupos experimentales. Vemos que hay diez proteínas en mayor cantidad y otras diez en menor cantidad. Sin entrar en detalles, estas proteínas influyen en una acumulación menor de calorías, una pérdida de tejido adiposo y en un descenso de ácidos grasos en la sangre. Y cuarto y final, el mismo grupo de Joo ya había demostrado que la capsaicina también influía en el prteoma, o sea, en el funcionamiento del músculo que, después de todo, es donde se gastará la mayor parte de la energía movilizada por la capsaicina en el tejido adiposo blanco.
En conclusión, la capsaicina quizá adelgace; desde luego, hace que una dieta rica en grasa engorde menos y que el músculo gaste más energía. Y, además, hemos aprendido lo que es el proteoma. que, por otra parte, está muy de moda en círculos muy entendidos.
*Joo, J.I., D.H. Kim, J.-W. Choi & J.W. Yun. 2010. Proteomic analysis for antiobesity potential of capsaicin on white adipose tissue in rats fed with a high fat diet. Journal of Proteome Research 9: 2977-2987.
*Kim, D.H., J.I. Joo, J.-W. Choi & J.W. Yun. 2010. Differential expression of skeletal muscle proteins in high-fat diet-fed rats in response to capsaicin feeding. Proteomics 10:1-12
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