Investigación. La muerte del caballo "Compton Plume", que falleció a pocos metros de la meta cuando disputaba una carrera en unas fiestas de un pueblo grancanario, continúa siendo un misterio. El dueño del animal y un veterinario están detenidos.
M. L. BARRERA VALENCIA Los agentes del Seprona (Servicio de Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil de Las Palmas han instruido las diligencias indicando a la autoridad judicial que los dos hombres son supuestos autores de un delito relativo a la flora, fauna y animales domésticos al entenderse que al equino se le facilitó un fármaco que tiene la doble condición de influir en el rendimiento del animal y que también puede causarle una hemorragia o un edema pulmonar.A este episodio de supuesto dopaje hay que unir otra acción de los agentes del Seprona pocos días antes, al detectar a varias personas que también inyectaban una sustancia química poco antes de otra carrera que se había organizado en la zona de recreo de La Laguna, en el municipio de Valleseco.Según informó la Guardia Civil en un comunicado del Seprona, "en el transcurso de la prueba, uno de los equinos participantes sufrió un desplome en una de las carreras y el fallecimien to del animal. Además, provocó lesiones a varios especta dores que observaban la citada prueba".La investigación del Seprona dio como resultado que al animal se le había suministrado un fármaco con el compuesto hidrocloruro de clembuterol, "sustancia que influye en el rendimiento del animal, mitigando el dolor y modificando otros efectos psicológicos de conducta y con consecuencias graves para el animal, como la posibilidad de producirle edemas pulmonares y hemorragias, o incluso la muerte". Este compuesto se encuentra prohibido en las competiciones hípicas por figurar en la lista de sustancias y procedimientos prohibidos, según resolución de 21 de diciembre de 2006."Ya estoy pasando bastante con la muerte del animal para que ahora todo el mundo se ponga a especular", manifestó David B. S., propietario de "Compton Plume" y vecino de la localidad de Artenara. "Antes de producirse su enterramiento, un veterinario lo abrió y se supo de qué murió. Le dio un infarto, seguramente del esfuerzo de la carrera, unido al hecho de las condiciones meteorológicas" (había bochorno).Personas y profesionales relacionados con el mundo de las carreras de caballos de Gran Canaria que han preferido guardar el anonimato, se han apresurado a afirmar que los de San Mateo y Valleseco "son casos aislados", además de esgrimir que la investigación del Seprona está pendiente de sentencia por parte del juez."Hay que dejar claro que ningún propietario proporciona medicamentos prohibidos a sus animales para ganar una carrera, porque muchos de los que participan pierden dinero", indicó un "enamorado" de los caballos.El veterinario Enrique López Álvarez afirmó que aquellos que compiten lo hacen por "motivos románticos" y por afirmar que su animal es el mejor. En su opinión, participar en una de las escasas pruebas de velocidad que se programan en Gran Canaria a lo largo del año tiene un coste medio de 500 euros para cada propietario (herraje, alimentación, transporte y montaje), mientras que en el mejor de los casos pueden lograr un premio de 160 euros, como ocurrió, por ejemplo, en la carrera organizada en la avenida de Tinamar de San Mateo en la que murió el pura raza inglés Compton Plume.Los consultados también niegan que en las 11 carreras de caballos que se disputan en Gran Canaria en el año se produzcan apuestas de grandes cantidades de dinero. "Los que tienen caballos no lo hacen para ganar dinero, sino para divertirse y mostrar a sus animales y la preparación que han programado para ellos" indicó un veterano, propietario y juez de carreras.Según indicó David B. S., el propietario del fallecido "Compton Plume", el animal fue adquirido en 2008 y era considerado como "uno de los mejores de la isla". "En los últimos dos años sólo había perdido una carera", al tiempo que se apresura a afirmar que "sólo había participado en unas seis pruebas, las más importantes. Era un buen caballo, lo quería tener bien cuidado y no lo quería castigar mucho. Yo no lo sacaba para correr con cualquiera".Según recoge la página web agalopar.com. "Compton Plume", en su último año en competiciones en la Península, corrió ocho carreras, donde cosechó dos primeros puestos y dos segundos, logrando unos ingresos cercanos a los 10.000 euros en premios. La misma fuente informativa agrega que disputó un total de 67 carreras y logró la victoria en siete.Estas mismas fuentes exponen que no se puede extrapolar las carreras de la Península a Canarias. En los hipódromos del exterior se rigen por las bases organizativas puestas por la Sociedad de Fomento de la Cría Caballar de España, donde se practican pruebas de detección de dopaje a los animales; en Canarias, por falta de recursos, esto no sucede.
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