miércoles, julio 21, 2010

Nos ha dejado con la boca abierta



alpinismo
Vallejo y Zabalza alaban a Iñurrategi tras la travesía del Broad Peak que ellos no completaron al estar agotados

«Una fuerza impresionante». «Un poderío portentoso en altura». «Nos ha dejado a todos con la boca abierta». Son algunos de los adjetivos que ha recibido Alberto Iñurrategi tras completar la travesía de las tres cimas del Broad Peak en estilo alpino y abriendo una nueva vía. Pero quienes pronuncian esas frases no son unos aficionados a los que se les ha preguntado por la calle sobre la gesta del de Aretxabaleta. Esas palabras salen de la boca de sus compañeros de cordada, Juan Vallejo y Mikel Zabalza.
El alavés y el navarro fueron protagonistas junto a Alberto de la travesía de las dos primeras cimas, la Norte (7.553 m.) el viernes y la Central (8.013 m.) el sábado, pero el esfuerzo en la segunda de ellas -15 horas de ascensión- les dejó extenuados, «acabados y rotos», explicó Vallejo gráficamente. Y quienes lo dicen no son dos cualquiera en esto del alpinismo. Vallejo cuenta con una de las ascensiones más rápidas al Everest sin oxígeno artificial (2001), entre otros muchos logros, y Zabalza es hoy en día uno de los mejores escaladores de grandes vías del país. Iñurrategi es el que mejor los conoce y por eso han sido sus compañeros en los proyectos de máxima dificultad que ha afrontado en los últimos años.
«Alberto tiene una fuerza impresionante, que se puede ver en casos muy contados en el mundo», continuaba Vallejo. El vitoriano destacaba especialmente la capacidad de su compañero para recuperarse física y mentalmente del esfuerzo de la cima Central y al día siguiente subir a la principal. «Ha sido capaz de dar la vuelta a esa situación de esfuerzo extremo y conseguir la cumbre principal. Y además desde un lugar más lejano del que teníamos inicialmente previsto. La verdad es que nos ha dejado a todos con la boca abierta».
Agradecido a los «amigos»
Sin embargo, para el protagonista las cosas son mucho más sencillas de cómo las ponen los demás. Tras bajar desde la cumbre al campo base de un tirón (algo más de tres mil metros de desnivel en cuatro horas), Alberto Iñurrategi hablaba de «no perder nunca la esperanza» cuando las cosas se ponen complicadas. «Es verdad que estábamos muy cansados, pero, bueno…», añadía. Además, según él, tampoco tuvo demasiado mérito lo que hizo porque «para subir por una vía de no mucha dificultad tampoco hace falta tanto. Pensaba que después de hidratarme en el campamento y dormir un poco estaría preparado para hacer cumbre».
Aunque finalmente la ascensión no resultó tan sencilla. «Al principio bien, en la primera hora me sentí bien y subí bastante desnivel. El camino estaba hecho porque el día anterior habían subido unos amigos y por el camino trazado fui cómodo y a gusto», explicaba. Esos «amigos» son Josu Bereziartua y José Carlos Tamayo, otros dos ilustres del alpinismo vasco que han viajado con el BAT Basque Team como equipo de apoyo y que el sábado hicieron cumbre por la vía normal.
Pero más tarde las cosas se complicaron y acabó «muy mal». «Uff..., el desayuno me bajó enseguida y fue un martirio... Ya no tenía fuerzas tras casi dos días sin comer nada sólido y habiendo bebido muy poco líquido. El cuerpo no tenía reservas y terminé muy débil y sufriendo mucho». Aunque volvía a insistir en la labor de apoyo. «Tengo que agradecer el trabajo previo de otros montañeros. Al final, he encontrado la nieve en muy buenas condiciones hasta la cima. Como te decía, se va mucho mejor cuando el camino está hecho».
El grupo abandonó ayer mismo el CB camino de casa, aunque antes pasarán por Machulu, pueblo del Karakorum en el que la Fundación Felix Baltistán realiza su labor humanitaria.

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