El concurso “La caca de la vaca” que promovió el Tudela FC 1999 dejó desierto el primer premio de un lingote de oro de 22.000 euros. Sara, la vaca más guapa de Europa, tardó 45 minutos en elegir el lugar donde depositar la primera boñiga
COMO dice la letra en la canción del sorteo del cuto divino de Tafalla que cayó al hospital…, algo parecido se dio en el concurso “La caca de la vaca” que ayer organizó el equipo de fútbol Tudela FC 1999. El primer premio de un lingote de oro valorado en 22.000 euros no fue vendido y será para la organización. El resto de los premios -un viaje a Punta Cana y 40 cenas- aún no han sido confirmados por sus propietarios.
A la venta salieron 6.656 boletos -a 10 euros la unidad- correspondientes a otras tantas parcelas de un metro cuadrado en que se dividió el campo municipal de fútbol Nelson Mandela de Tudela. Tan sólo fueron adquiridas 3.286, ni la mitad, por lo que el club partió con ventaja en las posibilidades de llevarse el premio. Y le tocó.
Planillo September Sara, una vaca de raza Frisona Holstein de la cuadra de Andrés Planillo, de Cascante, fue la elegida para impartir justicia. El animal, que ostenta dos títulos consecutivos como la más guapa de Europa, también podrá presumir a partir de ahora de depositar la boñiga más cara de su vida. Ante la mirada de más de 500 personas que se dieron cita en el estadio de la capital ribera, Sara tardó en coger confianza. Salió nerviosa al césped por tratarse de su debut y se refugió en su dueño, al que siguió por todo el campo con un marcaje perfecto.
Cerca del centro campo
Andrés Planillo la fue tranquilizando y la vaca se refugió principalmente en la banda del fondo de la portería más próxima al bar y vestuarios. “Es lógico que se ponga nerviosa cuando la sacas del establo. Para ella es algo desconocido y busca a su dueño como protección”, comentó Andrés Planillo, que comparte la propiedad del animal con Víctor Arriero, Alberto Medina, Raúl Aja y Carlos Prat.
A Sara le costó abandonar esa zona y no se inmutó pese a los gritos de ánimo de los espectadores, que soportaron el fuerte calor reinante protegidos bajo la visera de la tribuna. Andrés Planillo tuvo que volver a entrar en el campo para que el animal se encaminara en otra dirección. Y escasos minutos después cruzó el círculo central y, cerca de la banda donde se encontraba el vehículo que la transportó, provocó la defecación.
El presidente del club José Antonio Marín Mesa y el directivo Martín Prieto tomaron la cinta métrica para medir el lugar exacto donde depositó la boñiga. Exactamente se encontraba a 3,20 metros de la raya que delimita el centro del campo y a 13,80 metros de la banda. Correspondía a la parcela 1.408 que estaba sin vender.
Antes del sorteo, Marín era un presidente pesimista. “Estoy decepcionado y hagas lo que hagas una vez más se ha demostrado que la gente no colabora”, dijo.
Al conocer el resultado cambió de semblante. “Con este dinero cubriremos el presupuesto de la próxima temporada y podremos hacer una donación a los niños de Ruanda”, aseguró.
COMO dice la letra en la canción del sorteo del cuto divino de Tafalla que cayó al hospital…, algo parecido se dio en el concurso “La caca de la vaca” que ayer organizó el equipo de fútbol Tudela FC 1999. El primer premio de un lingote de oro valorado en 22.000 euros no fue vendido y será para la organización. El resto de los premios -un viaje a Punta Cana y 40 cenas- aún no han sido confirmados por sus propietarios.
A la venta salieron 6.656 boletos -a 10 euros la unidad- correspondientes a otras tantas parcelas de un metro cuadrado en que se dividió el campo municipal de fútbol Nelson Mandela de Tudela. Tan sólo fueron adquiridas 3.286, ni la mitad, por lo que el club partió con ventaja en las posibilidades de llevarse el premio. Y le tocó.
Planillo September Sara, una vaca de raza Frisona Holstein de la cuadra de Andrés Planillo, de Cascante, fue la elegida para impartir justicia. El animal, que ostenta dos títulos consecutivos como la más guapa de Europa, también podrá presumir a partir de ahora de depositar la boñiga más cara de su vida. Ante la mirada de más de 500 personas que se dieron cita en el estadio de la capital ribera, Sara tardó en coger confianza. Salió nerviosa al césped por tratarse de su debut y se refugió en su dueño, al que siguió por todo el campo con un marcaje perfecto.
Cerca del centro campo
Andrés Planillo la fue tranquilizando y la vaca se refugió principalmente en la banda del fondo de la portería más próxima al bar y vestuarios. “Es lógico que se ponga nerviosa cuando la sacas del establo. Para ella es algo desconocido y busca a su dueño como protección”, comentó Andrés Planillo, que comparte la propiedad del animal con Víctor Arriero, Alberto Medina, Raúl Aja y Carlos Prat.
A Sara le costó abandonar esa zona y no se inmutó pese a los gritos de ánimo de los espectadores, que soportaron el fuerte calor reinante protegidos bajo la visera de la tribuna. Andrés Planillo tuvo que volver a entrar en el campo para que el animal se encaminara en otra dirección. Y escasos minutos después cruzó el círculo central y, cerca de la banda donde se encontraba el vehículo que la transportó, provocó la defecación.
El presidente del club José Antonio Marín Mesa y el directivo Martín Prieto tomaron la cinta métrica para medir el lugar exacto donde depositó la boñiga. Exactamente se encontraba a 3,20 metros de la raya que delimita el centro del campo y a 13,80 metros de la banda. Correspondía a la parcela 1.408 que estaba sin vender.
Antes del sorteo, Marín era un presidente pesimista. “Estoy decepcionado y hagas lo que hagas una vez más se ha demostrado que la gente no colabora”, dijo.
Al conocer el resultado cambió de semblante. “Con este dinero cubriremos el presupuesto de la próxima temporada y podremos hacer una donación a los niños de Ruanda”, aseguró.
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