domingo, julio 25, 2010

Merlene Ottey, esplendor a los 50


Ha sobrevivido a ocho ciclos olímpicos, a todos los Mundiales de atletismo disputados –cuando la competición nació, en 1983, ella ya era medallista olímpica–, y ha sido contemporánea a la vez de Usain Bolt y del ídolo de éste, Don Quarrie, como única superviviente del atletismo de hace 30 años. El milagro se llama Merlene Ottey, nacida jamaicana y desde 2002 eslovena, y aunque sus piernas ya no den para soñar con los podios, ahí sigue, corriendo con chicas que podrían ser sus hijas. Próxima parada, el Europeo de Barcelona, donde ha sido inscrita para el relevo 4x100 de Eslovenia.
Ottey tiene 50 años y vive para correr. ¿Por qué sigue haciéndolo? "Por placer. El deporte es diversión", dice una mujer que se resiste a la retirada total cuando algunos de sus compañeros de generación llevan ya 20 años retirados. En 1977 sumaba en los Juegos Panamericanos sus primeras medallas internacionales. En 1980, cuando Marlies Goehr y Marita Koch sublimaban el luego destapado dopaje masivo de la RDA, Ottey lograba una plata olímpica (200 metros) en los Juegos de Moscú. Nunca fue campeona olímpica, aunque acumula nueve medallas en los Juegos, que la convierten en una gloria imperecedera, y que sumadas a sus 14 podios en Mundiales –tres veces campeona– hacen de la gacela caribeña la mujer con más medallas de primer nivel en la historia del atletismo.
Ya no está para ganar, ni siquiera para acercarse a ello, pero sí para correr mucho más rápido que cualquier mujer de su edad: con 46 años, en los pasados Europeos, perdió el tren de la final del hectómetro por tres centésimas. Decía entonces que con "no temo estropear mi leyenda ni mi imagen" empeñándose en saguir en activo.
Cuatro años después, no cambia de opinión. Con 11"67 tiene el récord del mundo de veteranas en 100 metros. No le alcanza para la mínima individual en los Europeos (11"50), pero sí para ayudar al relevo corto de Eslovenia, un país al que llegó en 1999 de la mano de suentonces entrenador. En el país balcánico sigue, instalada en Ljubljana y desde 2002 ya con pasaporte propio. Y aunque en los últimos años ha permanecido más retirada que activa, sus marcas en competiciones de segunda fila o de veteranos le permiten no desentonar. Sus cronos de este año (11"84 en 100 y 24"33 en 200) la hubieran hecho campeona de 200 y cuarta en 100 en el Campeonato de España disputado la semana pasada. Enorme, pero lejos de lo que llegó a correr (10"74 y 21"64) en sus días de plenitud.
En los años 90, cuando unió su corazón al del sprinter italiano Stefano Tilli, Ottey descubrió la gloria en Barcelona dos veces: bronce en 200 metros en los Juegos olímpicos de 1992 y campeona mundial de 60 metros en el Mundial Indoor que se celebró en 1995 en el Palau Sant Jordi. Su tercera excursión a Montjuïc, mucho más serena y sin la presión de la victoria, sigue siendo noticia por la excepcional longevidad de una atleta de otro tiempo, casi del blanco y negro. Aunque no es el único caso de desafío a la edad. Con 49 años, uno menos que Ottey, otra leyenda, Martina Navratilova, ganaba en 2006 el título de dobles mixtos en Wimbledon. Con 51, Jeannie Longo es campeona francesa de contrarreloj, y con 56, Guillermo Timoner aún se clasificaba para un Mundial de ciclismo en pista

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